Hoy se cumplen 50 años del día en que nuestro primer gran conductor, Juan Domingo Perón, dejó está tierra para convertirse en historia, pero también -pese a quién le pese- en nuestro presente. Hoy en día, su figura, la de él, la de ella, sus símbolos alrededor de una época que se recuerda cómo gloriosa, permanecen presentes en cada rincón de la Argentina. Pero sabemos que la historia misma es un territorio de disputa constante y hoy quienes creemos en un proyecto de país peronista para engrandecer a nuestra Nación, nos encontramos con una difícil misión: reivindicar el relato histórico, que es, en última instancia, el futuro de nuestro país.

Cada época y cada generación reinterpretan los eventos y las figuras del pasado a través de sus
propias experiencias y desafíos. Es ahí donde se vuelve una necesidad readaptar los conceptos
de la historia a los tiempos contemporáneos. Hablar de la Justicia Social, no como un concepto
abstracto, sino más bien como una necesidad urgente que se materializó en políticas concretas
que protegieron a los más vulnerables y supo promover el bienestar de todos los argentinos y
argentinas.
A 50 años del paso a la inmortalidad de Juan Domingo Perón, se vuelve indispensable recordar
su legado histórico y demostrar cómo él mismo supo reinventar la política en su contexto 78 años
atrás, cuando fue electo Presidente de la República Argentina en 1946, y luego en 1951 y 1973,
siempre por medio de elecciones democráticas.
Perón no sólo nos dejó un conjunto de políticas y reformas; nos dejó una visión de país donde la
Justicia Social, la independencia económica y la soberanía política son pilares fundamentales.
Estas ideas no son reliquias del pasado, sino principios vigentes que debemos defender y aplicar
en nuestra realidad actual. En un mundo cada vez más globalizado y en constante cambio, el
desafío radica en adaptar su legado a los nuevos contextos sin perder de vista sus enseñanzas
fundamentales, así cómo él lo hizo en todos sus años de mandato.
Hoy esas aristas son las más fuertemente atacadas por el gobierno actual que pretende destruir
nuestra Nación y erradicar los derechos que, gracias a la visión estratégica y a la capacidad de
conducción de Perón, conquistamos y seguimos ampliando luego de su paso a la inmortalidad.
Su ideario permanece vigente y tenemos la obligación de honrarlo y luchar para defender nuestra
Patria, la democracia y nuestros derechos. Hoy se trata de seguir siendo una Nación
Independiente o someternos a los capitales extranjeros que siempre están acechando para
someternos.